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Todo lo que me hubiese gustado saber al empezar a autocultivar Marihuana Medicinal

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Guía de Cultivo de Guerrilla

1 febrero, 2015 Por Novato de la Marihuana Dejar un comentario

Guía de cultivo de guerrilla

La guía que os vamos a presentar a partir de hoy, y  en diferentes entregas, está destinada únicamente al cultivo legal de marihuana. Se mencionan una serie de medidas de seguridad con la intención de evitar el robo de cultivos.

El uso del cultivo de Guerrilla para cultivar marihuana en exterior se extiende por todo el mundo. Aunque supone mucho trabajo y se necesita tiempo para prepararlo y conseguir el mayor rendimiento,  los resultados pueden ser excelentes. Además, te ahorras pagar los altos costes de un sistema hidropónico y de iluminación interior. Nuestros expertos han creado una exhaustiva Guía de Cultivo de Guerrilla aunando todos sus conocimientos sobre el tema.

Plan estratégico de cultivo de guerrilla

Lo primero que debes hacer, antes incluso de la temporada, es organizar un plan estratégico y preparar tu zona de cultivo en distintas fases y con suficiente antelación. Lo que te permitirá conocer mejor la zona en la que vas a cultivar, observar a las personas y animales que tienes a los alrededores y  todo lo que pueda significar una amenaza para tu cultivo.

Dónde cultivar un cultivo de guerrilla

El lugar en el que decidas llevar a cabo el cultivo de Guerrilla será clave para determinar el éxito o el fracaso de tu cosecha. Deberás tener en cuenta muchos factores. Para empezar, la seguridad. No basta con alejarse unos cuantos metros en el bosque y empezar a hacer espacio. Es fundamental estar muy bien apartados de zonas de tránsito, lo que quiere decir que hay que buscar lugares a los que la gente no va nunca. Por razones obvias, la ubicación tiene que estar próxima a una fuente de agua. Lo ideal es que sea un sitio que no se pueda ver desde un camino, a menos que tengas claro lo que estás buscando. Tienes que tener total seguridad de que nadie va a acceder a la zona en la que quieres cultivar.

Caminar una hora extra adentrándote en el bosque para llegar hasta una zona remota, puede ser buena idea. Cuanto más lejos, mejor; aléjate todo lo que puedas, a lugares por los que a los ladrones ni se les ocurriría pasar. Como consejo, lleva contigo otro par de zapatos de suela más fina para andar los últimos 100 metros y así evitar al máximo cualquier rastro que puedas dejar en el camino. Lo importante es cambiar la suela con la que has pisado, ya sea descalzo o poniendo bolsas de plástico en tus zapatos.

Dónde cultivar un cultivo de guerrilla

Acciones muy recomendables en el cultivo de guerrilla

Asegúrate de que NO has aparcado en un lugar donde hay muchos coches y el tuyo pueda destacar o donde te vean entrar y salir del coche y lo puedan asociar con el senderismo. La gente se dará cuenta si te ven volver una y otra vez al mismo sitio con el mismo coche. Créeme que aunque pienses que conoces ese lugar como la palma de tu mano, habrá otros growers de guerrilla o auténticos senderistas que se darán cuenta de que tu coche está ahí a menudo y es posible que sientan curiosidad y empiecen a sospechar. Puedes alquilar para un día de vez en cuando, pedir coches prestados o incluso comprar uno muy barato para esa ocasión, venderlo y repetir la operación dos o tres veces más.

Hay un sinfín de razones por las que uno puede irse a lugares remotos en el campo, así que cuando vayas en busca de tu zona de cultivo no tienes por qué actuar como si no tuvieras que estar ahí. Desde hacer excursiones hasta observar pájaros o practicar la escalada (los escaladores suelen llevar mochilas muy grandes), cuando estés llevando tu material o simplemente inspeccionando la zona, puedes utilizar una de estas opciones como tapadera.

Mantente alejado de áreas donde haya signos de actividad humana ya sea basura, ramas rotas, huellas, tuberías o algún tipo de cableado.

Consejos de cultivo de guerrilla

Obstáculos

Puedes poner algún obstáculo natural en el camino para mayor seguridad. Si hay que trepar a través de ortigas, zarzas o atravesar pasos de agua complicados nadie se aventurará a buscar tu lugar. Tienes que adentrarte en lo más profundo del bosque, donde no veas más que animales.

Inhabitado

Unos buenos indicadores de dónde hay movimiento humano son los animales. A los ciervos, por ejemplo, no les gusta estar cerca de los humanos, así que si te topas con alguno o con cualquier otro animal salvaje en su hábitat natural, es posible que te estés aproximando al lugar adecuado para cultivar. También es conveniente que elijas una zona protegida del viento – las laderas poco protegidas pueden estar expuestas a vientos muy fuertes – algo de lo que hablaremos más adelante.

Probar si una zona está realmente inhabitada

Para asegurarte de que has encontrado un lugar verdaderamente aislado puedes hacer varias cosas: algunos colocan estratégicamente monedas en el suelo para ver si alguien las coge, otros dejan objetos útiles como gafas de sol o linternas baratas colgando de los árboles. Sabrás que hay gente alrededor si lo que dejaste ya no está en su sitio.

Otro método, que aunque más caro, es mejor y más útil, sería colocar una cámara digital encubierta. Así puedes ver exactamente quién pasa por allí y con qué frecuencia. Para hacer esto tienes muchas opciones: desde usar modelos baratos de cámaras digitales que puedes envolver con cinta de camuflaje (normalmente se utiliza para las armas) y también es resistente al agua, o puedes ir más en serio comprando una cámara secreta específica para este tipo de cosas, creada para tomar fotos ocultas. Tener batería de larga duración y la capacidad de tomar fotos cuando detecta movimiento – preferiblemente sin flash cuando haya poca luz – son las características principales con las que tiene que contar tu cámara. En eBay puedes encontrar todo este tipo de cosas.

Intrusión aérea

Si la intrusión aérea pudiese suponer un problema (pequeñas heli-cams manejadas por radio control, por ejemplo), cultivar en un bosque será la mejor opción, siempre procurando tener el máximo cuidado para no alterar de ninguna manera el medio ambiente. Desde el cielo es fácil observar la actividad humana y hay quien vigila a conciencia. Haz un plan como si se tratara de una operción militar, no puedes correr ningún riesgo. Consigue un mapa, si además marca rutas de senderismo, agua y elevaciones, mejor. Estúdialo minuciosamente, mira zonas de aparcamiento, cascadas…, e intenta averiguar qué caminos pueden tener más o menos tránsito y si cuentan con algún desvío. Mejor es buscar antes los lugares adecuados en un mapa que ir deambulando por el campo. Google maps te puede resultar útil.

Riesgo

Extender la zona de cultivo a otros tres lugares situados unos cerca de otros puede ayudarte a disminuir el riesgo. Si uno de tus cultivos es arrancado, es posible que aún te queden otros dos.

Tiempo y posicionamiento

Tendrás que buscar una localización orientada al sur si estás en el hemisferio norte y viceversa, preferiblemente, tan aislado como te sea posible. Sería perfecto un lugar orientado al sur con buen acceso a los cielos del Este y del Oeste.

Situarte donde haya una ligera pendiente para que corra el agua es buena opción. También deberás tener en cuenta que las plantas necesitan un mínimo de seis horas al día de exposición directa a la luz del sol (si es más, mejor), y que el sol cambia de posición en el transcurso del año, no lo olvides. Los growers más hábiles sitúan las plantas en el lado sur de los matorrales, así, si alguien encuentra la parcela, será menos visible.

Evita la costa

Cerca de la costa los suelos son muy salinos.

Cuidado con Personas y Animales

No decir dónde está tu terreno, una vez te hayas decidido, es lo mejor que puedes hacer. Si no lo dices nadie se sentirá tentado a robar lo que tanto trabajo te ha costado (rippers).

Además de las personas, los animales también pueden ser un problema para el cultivo. La marijuana gusta mucho a los ciervos.

Distribuye de forma natural

Procura hacer las cosas de la forma más natural posible, no coloques tus plantas en filas porque la naturaleza no crea filas rectas, esto es otro sabio consejo. Aunque es más trabajo, será mucho mejor si distribuyes las plantas alrededor de la zona, además, aumentarás las probabilidades de mantener más plantas intactas.

Protege bien

Una malla de alambre alrededor de la planta puede protegerla de ciervos y otros animales, pero ten cuidado porque el alambre reluce y puede ser visto con mayor facilidad. Y, aunque resulta desagradable, algunas personas llegan al punto de hacer un mejunje con caca de perro y untarlo por la malla. Piensa que las plantas que crecen en exterior pueden llegar a hacerse enormes y valer un montón de dinero. Son cosas que debes sopesar.

Conozco personas que han llegado incluso a proteger plantas de la variedad “cheese” con malla metálica y cemento, pero aún así, las ratas consiguen atravesarlo y llevarse por delante miles de cotiledones. Otros, sólo para asegurarse, llevan sus plantas a lo alto de los árboles con cuerdas.

Ten en cuenta otros animales como osos, serpientes, coyotes o pumas, puede ser muy peligroso que te acerques a ellos o a sus crías y les asustes, protégete.

Consejos de cultivo de guerrilla

Métodos de cultivo de guerrilla

Plantar semillas en lugar de cotiledones es probablemente  el método más arriesgado. A menos que no vayas demasiado en serio, no es muy acertado ni lo más recomendable. Lo mejor es empezar con clones de unos 30 centímetros.

Procura plantar cuando creas que las heladas y las noches frías han llegado a su fin. En el hemisferio norte esto ocurrirá aproximadamente a mitad de marzo y primeros de abril. Obviamente, cuanto más al norte, más tardarás en empezar a plantar. Como hemos dicho antes, es mucho mejor empezar en interior que plantar directamente la semilla en el suelo.

Si es posible, intenta que la planta llegue a medir unos 30 centímetros antes de llevarla al campo. Es mucho más seguro y evitarás que los pájaros u otros animales se la coman en las primeras fases de crecimiento. Puedes empezar a plantar bajo un foco de luz a principios de año durante unos meses y tenerla lista para plantar en exterior. No obstante, es muy importante que introduzcas las plantas en su nuevo entorno poco a poco. No pases del interior a exponerlas directamente a la luz del sol porque podrías quemarlas. El cambio debe ser gradual. Prueba a empezar este proceso sacando tus plantas al jardín, cada día 2 o 3 horas más. Lo matorrales pueden ser de utilidad o también puedes ayudarte con algo que les de sombra para rebajar la luz al principio.

Si lo prefieres, y dependiendo del clima, puedes empezar a plantar en macetas en exterior.

Cuando se planta una maceta “Root Pouch” en suelo fértil, esta acaba pudriéndose – y si los has utilizado otras veces sabrás que es normal ver raíces asomando a través de ellos. Este tipo de recipientes te ahorran tener que volver a plantar en macetas, ahorrándole también el impacto a la planta y molestias a ti.

Haz unos agujeros en el fondo y a los lados del “Root Pouch” para que las raíces puedan salir fácilmente y planta directamente en la tierra previamente preparada. No olvides que estos sacos se pueden ver y quizá tengas que camuflarlos. Otra cosa que puedes hacer es cortarlos, es muchísimo más fácil que utilizar macetas de plástico.

Por otro lado están los semilleros; también utilizados por growers de Guerrilla, ofrecen un montón de ventajas y son biodegradables. Se integran perfectamente, ya que están hechos de papel reciclado y parecen de tierra. Son ligeros, retienen el exceso de agua evitando así que la planta se ahogue, y por el contrario, si las plantas necesitan más agua porque la tierra se ha secado, el semillero la proporciona.

Cuando tengas localizada tu zona de cultivo , tendrás que cavar un buen agujero para cada una de las plantas. Obtendrás mayor producción cuanto más grande sea el agujero y cuanto mejor sea la tierra. Alrededor de un metro cúbico por planta está bien. Las puedes acercar un poco más si vas a plantar varias juntas.

Es una tarea bastante complicada así que si no te vas a comprometer con ello realmente, mejor será que ni te molestes en empezar a cultivar al estilo Guerrilla.

Aquí empieza lo duro. Lo primero que necesitas es una pala, procura conseguir una plegable. También te será muy útil tener un pico para ayudar a abrir el suelo al principio.

Acaba con cualquier cosa que pueda molestar a tus plantas, grandes raíces o similar.

Consejos imprescindibles si no quieres tener sorpresas desagradables con tu cultivo

La tierra pesa mucho los fertilizantes no tanto

Si quieres cultivar la mejor marihuana de guerrilla vas a necesitar una tierra enriquecida con varios aditivos, una tierra excelente. Olvídate de la tierra barata o la del terreno, a no ser que se vea bien oscura, rica y arcillosa. Consigue la mejor tierra que te puedas permitir, y a ser posible, que contenga vermiculita, perlita y musgo de turba. Efectivamente, la tierra pesa mucho si la tienes que cargar en sacos que pesan alrededor de 34 kgs.

Serás muy afortunado si estás en una zona con buena tierra fértil y puedes utilizar un 50% de tierra natural y otro 50% de tierra comprada. Gracias a Internet contamos con una maravillosa calculadora de tierra (enlace), así que calculamos que puedes necesitar unos 82 centímetros de suelo (algunos cálculos salen a 90 cms) para un agujero de unos 76 centímetros cúbicos. Para llenar un agujero de estas dimensiones necesitas aproximadamente 27 sacos normales de tierra.

Un buen agujero para una buena planta! Puedes utilizar sacos más pequeños pero te costará como tres caminatas más por planta. En cuanto a fertilizantes naturales, existen muchas opciones: compost, guano, estiércol de pollo, sangre y hueso, humus de lombriz…, a la tierra todas estas cosas le van muy bien y le aportan nitrógeno y nutrientes esenciales muy necesarios.

Si vas a utilizar abonos, y para evitar quemar las plantas, lo mejor será que antes los mezcles con la tierra. Pon una proporción de 1:4 con fertilizantes naturales. Si en la fase vegetativa vas a añadir fertilizantes pon Nitrógeno, Fósforo y Potasio en una proporción de 10 – 5 – 5. Si prefieres no utilizar excremento de pollo más natural, hay mezclas estupendas a la venta. Para ayudar a estabilizar el pH y contrarrestar cualquier acidez del suelo puedes utilizar la Cal Dolomita.

Ahora se están poniendo de moda los retenedores de agua de cristales polímeros y la verdad es que, mezclados con la tierra, pueden ayudarte a reducir significativamente la cantidad de riego que necesitan tus plantas (geniales para cultivos en zonas más secas) y procura usarlos con moderación. Lo mejor es humedecerlos antes de mezclarlos con la tierra por primera vez para que tengas claro con qué estás tratando.

También se puede mejorar las condiciones de la tierra con Vermiculita, que absorve el agua y los nutrientes. Podemos ayudar a la tierra a mantener la humedad por más tiempo cubriéndola con un manto de hojas, así como añadir Perlita para mejor drenaje y aireación. Aunque es muy poco frecuente, hay alguna posibilidad de encontrar buena tierra en la naturaleza y utilizarla. Donde crece la hierba suele haber buena tierra porque esta recicla el pozo de la capa superior del suelo. Puede que encuentres buena tierra por el camino o en tu misma zona, esto te ahorraría muchas molestias de desplazamiento.

Qué variedades de semilla utilizar en un cultivo de guerilla

Existen variedades en California y otras partes de los Estados Unidos y España que han estado creciendo de forma local durante muchísimos años. Sería ideal poder hacerte con una de estas variedades pero quizá complicado si no conoces a las personas adecuadas.

Las variedades Guerilla’s Gusto, los cruces con Afghani, Mazary Skunk crecen bien en exterior. Northern Lights también crece bien y es bastante sufrida y vale la pena que eches un vistazo a las variedades African Landrace. Si tienes suficiente sol, los cruces con Haze también se hacen muy grandes. Nosotros recomendamos comprar en uno de los grandes bancos de semillas en Reino Unido u Holanda. Pagas por buena calidad y no tiene sentido hacer tanto trabajo para luego utilizar una “porquería” de variedad.

Las variedades más tardías favorecen la posibilidad de que haya humedad, por eso es mejor optar por cepas que terminan en septiembre.Ten en cuenta todo lo grande que puede llegar a ser la planta, si resulta un problema para ti, dobla las ramas hacia abajo para que crezca hacia los lados o ata la planta (lo que mejorará la producción).

Recomendaciones para que vuestra producción cumpla con vuestras expectativas! 

Cuida de tus plantas

Siempre que vayas a regar tus plantas asegúrate de revisarlas una por una, y si ves que alguna se ha estropeado intenta arreglarla, para ello puedes utilizar cinta aislante.

En caso de que haya llovido, procura sacudir un poco tus cogollos para evitar la humedad y la posibilidad de que salga moho.

Insectos

En lo referente a insectos, no se puede hacer gran cosa. Plantar más de lo que quieres es tu mejor defensa, y aceptar que, en el proceso de cultivo perderás una o dos plantas por culpa de algún animal o insecto.

Utilizando anti-babosas se puede acabar con los caracoles (ten cuidado con el color, puede ser traicionero)

Existen venenos para repeler ácaros y similares pero en la naturaleza no te resultarán demasiado efectivos.

El riego 

En función de la zona de cultivo y del clima, tendrás que regar las plantas una vez en intervalos de cuatro a siete días. Piensa y ten muy en cuenta de dónde vas a sacar el agua para regar tus plantas y cómo vas a desplazarla.

Algunas personas lo hacen de un modo muy novedoso utilizando un contenedor de agua, placa solar, batería y bomba. No obstante, recuerda que las placas solares se ven fácilmente desde lejos. Algunas personas encuentran útil este mecanismo solar, pero siempre puedes recurrir a eBay.

Para el riego solar necesitarás lo siguiente:

  • Una batería de coche de doce voltios o una batería de moto, son más pequeñas y producen menos electricidad.
  • Las placas solares se usan para hacer funcionar pequeñas bombas y para cargar las baterías.
  • Una buena bomba sumergible, una con un buen filtro que evite que se obstruya enseguida.
  • Un temporizador de nueve voltios barato.
  • Tubería y goteros. La batería principal se carga con las placas solares mientras que el temporizador se encarga de poner la bomba en marcha durante una o dos horas al día. Mejor si se hace bien temprano por la mañana cuando hay menos evaporación y no se escuchan ruidos. Puedes bombear el agua directamente sobre tus plantas o utilizar un depósito que las vaya regando por goteo.

Una planta de marihuana de 2’74 metros de alto vegetando completamente necesita unos 3.79 litros de agua de dos a tres veces por semana. Por cada litro, el agua pesa un kilogramo.

No estaría mal si tuvieses la posibilidad de hacer brevemente una presa en tu arroyo más cercano e inundar la zona de cultivo. La fase de floración de las plantas grandes requiere muchísima agua y proporcionársela no es fácil.

No tendrás que preocuparte por regar si en tu zona llueve unos 25 litros por m2 a la semana, pero aún así, de vez en cuando revisa tus plantas para comprobar que están bien.

Si vas a tener que desplazar agua hazte a la idea de que te llevará mucho tiempo y va a ser un duro trabajo, deberás tomártelo en serio y comprometerte con ello.

Floración

¡Genial! Ya estamos a mitad de julio y tus plantas están empezando a florecer. Durante el mes siguiente más o menos todas y cada una de ellas habrán empezado a florecer. Si plantaste desde la semilla, que no se recomienda, revisa inmediatamente tus plantas y localiza a los machos para arrancarlos inmediatamente. Mantén los ojos bien abiertos incluso si has utilizado semillas feminizadas porque como en tantas otras cosas, tienen un índice de eficacia del 99%. Lo mejor es plantar de clones, así te aseguras de obtener todo hembras.

Será hora de cosechar cuando hayan crecido lo suficiente y hayan cogollado bien.

Esperamos que os haya parecido interesante.

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Cómo cultivar Marihuana en exterior

15 enero, 2015 Por Novato de la Marihuana Dejar un comentario

Cómo cultivar Marihuana en exterior

Después de que la marihuana haya sido legalizada en varios estados de los Estados Unidos, y en otros países alrededor del mundo, son muchos los que han empezado a plantearse el autocultivo como una opción, que les permita minimizar costes y asegurarse la producción.

Si bien es cierto que los sistemas hidropónicos (de interior) pueden producir muy buenas cosechas y son cada vez más fáciles de dominar, también lo es que dejar que tus plantas de cannabis crezcan en un buen ambiente exterior puede ser increíblemente satisfactorio. Además el cultivo exterior nos ofrece la posibilidad de llevar a cabo el proceso de forma 100% ecológica.

Para los que os estáis planteando cultivar en exterior esta guía os dará las pautas básicas y toda la información que necesitaréis para tener vuestra propia hierba de calidad superior.

Consideraciones al cultivar en exterior

Lo primero que tendrás que considerar para cultivar en exterior es la localización.

Localización geográfica

Mucha gente cree que para cultivar marihuana en exterior se necesita un clima cálido y subtropical y no es así. De hecho, el cannabis es originario de zonas Altas de Asia, donde el clima se caracteriza por temperaturas muy bajas. Además existen variedades, como la Early Skunk, creada específicamente para cultivos de exterior en climas fríos. La selección de la cepa es crucial para obtener un cultivo de exterior de éxito.

En realidad, con planificación y algo de cuidado puedes plantar en exterior desde en climas muy cálidos y tropicales hasta en regiones del norte muy frías como Alaska o Escandinavia.

Selección de la ubicación

Tan importante como la localización geográfica es la situación en la que vamos a llevar a cabo nuestro cultivo. Para elegir una ubicación conveniente, tendrás que tener en cuenta una serie de aspectos: necesidades básicas de tus plantas, cómo vas a ir y venir a tu cultivo y, la más importante, cómo vas a esconder tus plantas.

Cultivar Marihuana en exterior

Factores a considerar al plantar en exterior

Tendrás que considerar los siguientes factores:

Discreción

Aunque vivas en un lugar donde plantar marihuana en exterior sea legal, la discreción debe ser una de tus principales preocupaciones, tanto si vas a plantar en tu jardín trasero como en una terraza. Cultivar marihuana sigue generando polémica y puede que a tus vecinos no les parezca bien que cultives cerca de ellos. Además está el problema de los robos, un fumador de marihuana podría tropezarse con tus preciosas plantas, ya maduras, dando un paseo por el campo o incluso viéndolas a través de las vallas de tu casa, y es muy probable que se sienta tentado a coger alguna.

Si optas por plantar en tu jardín, busca la mejor ubicación en función de la luz del sol y empieza a pensar en cómo vas a esconder tus plantas. Normalmente lo mejor es plantar cerca de otras que crezcan al mismo ritmo que la marihuana, como por ejemplo tomateras.

Si vas a plantar en el campo, procura buscar una ubicación alejada de caminos o zonas de paso. Es posible que tengas que ponerte tus botas de caminar y andar por todo el campo, en busca del lugar más apartado, donde no haya nadie. Los senderistas o gente que pasea con perros llegan a todas partes, busca signos de su paso y localiza sitios que les puedan resultar incómodos o de difícil acceso.

Si vives en un lugar donde el suelo está cubierto por una capa densa de tierra y vegetación, quizá puedas abrirte camino entre el follaje hasta una zona despejada. Hacer este tipo de “trincheras” puede ser una gran idea teniendo en cuenta que además, con hojas y ramas se disimulan fácilmente las entradas. Puedes elegir una zona cercana a un río o un arroyo y  acceder a través del agua a tu cultivo, de esta forma evitarás dejar huellas,

Si conoces bien la zona y sabes qué áreas se visitan a menudo y cuáles no, los campos de granjas pueden ser de utilidad. La gente suele ignorar dónde están los límites de estos campos y pueden ser un buen sitio para un cultivo de exterior pero, ten mucho cuidado porque en estas zonas puede haber insecticidas y productos químicos.

Tampoco olvides las zonas industriales, hay sitios que pueden no ser visitados en años, especialmente lugares que hayan sido abandonados o estén en mal estado. A menudo tienen pequeñas parcelas de tierra apartadas y de las que nadie se acuerda. En la guía para el cultivo de guerrilla encontrarás más información sobre cómo localizar una zona de cultivo en el campo.

La luz del sol

Una vez has encontrado tu sitio, piensa si, además de seguro, el lugar proporcionará a tus plantas las condiciones naturales necesarias. La primera es la luz del sol, cuanta más luz tengan más crecerán tus plantas de cannabis. Las plantas necesitan un mínimo de seis horas de luz al día, pero si reciben más, mejor.

Cuando estés buscando sitio para cultivar, intenta calcular con una brújula las horas de luz que recibirían tus planta al día en las diferentes ubicaciones. Imagina el arco del recorrido del sol desde que sale hasta que se pone, piensa en cómo será en pleno verano y hacia el otoño. ¿Recibirían tus plantas a lo largo de su ciclo vital toda la luz que necesitan?

Si haces la localización en primavera, recuerda que habrá mucha más vegetación de la que pueda haber en verano. Vigila muy de cerca las plantas que hay alrededor, comprueba si podrían hacer sombra a tu cultivo ahora o si las podrías cortar más adelante, en caso de que crecieran.

El riego

El riego no será un problema si tu cultivo se encuentra en un clima con un índice de lluvias adecuado. Si por el contrario vives en una zona con temporadas de sequía, será crucial que proporciones a tus plantas un buen suministro de agua.

Sería perfecto que las situases cerca de un río o arroyo, pero ten en cuenta que en primavera u otoño puede haber desbordamientos. Fíjate si hay alguna línea o señal que indique el nivel más alto que ha llegado a alcanzar el agua. Si tienes la posibilidad, esconde unos contenedores de agua grandes para poder regar tus plantas más fácilmente o pon un tanque cerca que vaya regando poco a poco con un sistema de goteo para las épocas de sequía.

Durante el cultivo, deberás estar muy pendiente de las previsiones meteorológicas, por si las condiciones se vuelven adversas; días largos de mucho calor o una ola de frío repentina pueden echar a perder tu cultivo.

La tierra

Comprueba cómo es la tierra de la ubicación que has elegido. Cuando la presionas, la buena tierra se comprime, y aunque sea de color marrón oscuro, ejerciendo sólo un poco más de presión debería desquebrajarse. Debes distinguir la tierra de buena calidad sólo con verla, si no lo tienes claro, busca en la red para ver cómo tiene que ser. Necesitas un terreno donde haya una buena circulación del agua, aunque no excesiva, al cannabis no le gusta estar empapado, así que procura evitar zonas donde haya agua estancada, barro o suelo rocoso. Mira también qué otras cosas están creciendo en ese lugar. Si ves mucha hierba, matas y ortigas, entonces es posible que hayas topado con un sitio con buena tierra y agua.

Se puede comprar un medidor del pH del suelo por poco dinero. Aunque no es algo esencial, cuanto más empeño pongas en este tipo de cosas, mejor será tu cosecha. El suelo ligeramente ácido es el que más gusta al cannabis, un pH de 5.5 a 6.5 es perfecto.

Si localizas la tierra ideal serás un gran afortunado pero si no, no desesperes. Hay muchas formas de mejorar la tierra, puedes añadir una mezcla de abono para tiestos, estiércol bien descompuesto y perlita y vermiculita para favorecer al drenaje y la aireación. Para aligerar suelos pesados y compactos, las raíces del cannabis necesitan mucho oxígeno.

Una vez hayas seleccionado la ubicación, despeja completamente la zona de malas hierbas. Tienes que dar cierta ventaja a tus plantas ya que las plantas autóctonas podrían absorverlas. Si puedes, para favorecer al drenaje debes cavar para cada planta un agujero de unos 60 centímetros de profundidad por otros 40 centímetros de diámetro y cubrir la base con un poco de gravilla. Después tienes que llenar el resto del agujero con una mezcla preparada de abono. Esto supone mucho trabajo, llenar los agujeros con buen abono y gravilla puede significar que tengas que cargar con una mochila muy pesada y hacer bastantes viajes.

Tu lugar está listo para llevar las plantas pero todavía tienes que tomar algunas decisiones, cómo el tipo de variedad que vas a cultivar…

Elegir la variedad para cultivar en exterior

Elegir la variedad para cultivar en exterior

Indica o Sativa

Como ya hemos mencionado, para obtener un cultivo de éxito, la variedad de cannabis que elijas será crucial. En este asunto vale la pena investigar un poco. Si vives en un lugar donde no hay heladas y donde la época de cultivo es muy larga puedes elegir la variedad que tú quieras, incluyendo prácticamente todas las índicas y las sativas de la vieja escuela como las Haze, cuyo periodo de floración es largo pero con una producción increíble.

Para climas soleados, aunque no tropicales (como el mediterráneo o el de los estados del sur) existen menos opciones. No obstante, puedes plantar la mayoría de variedades índicas y algunos híbridos de sativas utilizando modernas técnicas de mejoramiento genético, como por ejemplo la Silver Haze #9, que es una Haze con un periodo de floración más corto.

Con el resto de climas hay que ser un poco más meticuloso, en ambientes húmedos y fríos conviene cultivar, en general, índicas, aunque utilizando híbridos modernos podemos obtener sativas como Bangi Haze. Una buena opción es seleccionar una buena variedad índica como Sensi Star, o como Holland’s Hope, que ha sido creada especialmente para cultivos de exterior en climas norteños, y funcionar con eso.

Variedades autoflorecientes

Para el grower de exterior, la creciente cantidad de variedades autoflorecientes de cannabis de las que disponemos resultan muy interesantes. Su corto periodo te asegura evitar cualquier helada imprevista y su pequeña estatura ayuda a disimularlas con mayor facilidad. Las cualidades autoflorecientes de las variedades Auto proceden de los genes del cannabis ruderalis y muchos de ellos funcionan en cultivos de exterior de climas más fríos.

Semillas en bolsa

Como es obvio, no a todos se nos ha concedido el lujo de poder seleccionar qué variedades cultivar. Hay muchísimas personas que cultivan semillas de hierba que han comprado en bolsitas y obtienen buenas cosechas. Si no arriesgas, no ganas; así que, aunque no sepas exactamente qué tipo de cannabis es, siempre vale la pena darle una oportunidad.

Si cultivas semillas en bolsa, te recomendamos que las pruebes e identifiques tan pronto como te sea posible. Serán sativa dominantes si observas que sus hojas crecen delgadas, alargadas y en un tono verde claro y con longitudes internodales largas, en ese caso tardarán más en acabar la floración. Si por el contrario observas que crecen con una estructura achaparrada, eso indica que es una índica dominante y que el periodo de floración será más rápido.

¿Semillas o clones?

Lo mejor que puedes hacer, casi siempre, es optar por clones si es que tienes acceso a ellos. Los clones garantizan unos rasgos genéticos, especialmente si lo que necesitas son plantas hembra. Además, al estar más desarrolladas con hojas existentes y un sistema de raíces, tienen ciertas ventajas sobre las semillas.

Por otro lado, tienes mayor poder de elección sobre qué variedad cultivar si compras semillas en una tienda u online. Intenta comprar lo mejor que te puedas permitir y siempre en un lugar con buena reputación, en nuestra página podrás encontrar cualquier variedad al mejor precio.

Si finalmente utilizas clones trátalos con cuidado, y antes de plantarlos, asegúrate de que sus raíces están correctamente desarrolladas.

Germinación

Si vas a plantar de semillas puedes, o bien sembrarlas directamente donde van a crecer, o bien germinarlas en casa y después plantarlas fuera. La elección es tuya y cada una tiene sus ventajas. Sembrarlas directamente evita posibles daños a la hora de transportar y trasplantar tus plantas, y germinarlas en casa te permite controlar mejor las primeras etapas que son muy delicadas.

Cada uno tiene su forma de germinar las semillas de cannabis, existen distintas maneras. Quizá lo más sencillo es colocar tus semillas entre dos capas de papel vegetal humedecido (no empapado) y dejarlas en un lugar cálido y oscuro. En pocos días, tus semillas deberían empezar a romper la cáscara.

Antes de plantar en macetas deja que los cotiledones desarrollen una pequeña red de raíces. Una vez desarrollada, llena una maceta pequeña de compost de calidad y con el final de un lápiz, haz un agujero. Introduce en ese agujero el cotiledón con cuidado y asegúrate de que las raíces penetran bien.

Puede pasar que las raíces se entrelacen con los tejidos del papel vegetal. Si esto te ocurre, no intentes separarlas porque podrías dañarlas; lo mejor es que simplemente cortes el papel rodeando las raíces de manera que quede un círculo, y así mismo, con el papel entrelazado, las plantes en la maceta.

Hay quien deja que las semillas germinen de forma natural, plantándolas en una pequeña maceta. Si optas por hacerlo así, antes de plantarlas prueba a mojar bien la semilla durante 24 horas, así ablandarás la cáscara.

Si lo que prefieres es sembrar directamente las semillas en el suelo que has escogido para plantar, haz un agujero muy pequeño – de unos 8 a 15 centímetros de profundidad – con la tierra previamente preparada e introduce la semilla con la parte puntiaguda hacia arriba. Para dar a las semillas la oportunidad de crecer, asegúrate de haber eliminado las plantas de la zona y que la tierra esté regada.

Después de la germinación llega uno de los momentos más importantes del proceso:el momento de plantar.

Plantar en exterior

Se recomienda plantar primero la semilla en casa, si decides hacerlo así, cuando la planta alcance unos 15 centímetros de alto y tres o cuatro entrenudos será el momento de plantarla fuera. Prepara la tierra y haz un agujero lo suficientemente grande como para que quepa todo el contenido de la maceta sin molestar a la raíz. Para sacar la planta de cannabis, da la vuelta a la maceta y presiona un poco la base. Cuando la tengas, acomoda con firmeza el cepellón en el agujero y encárgate de que reciba bastante agua.

Cuando los cotiledones estén consolidados, iniciarán una fase de fuerte crecimiento vegetativo. Tus plantas rápidamente se verán llenas y robustas, a pesar de la fragilidad de las primeras fases. A diferencia de en cultivos de interior, no se tiene control sobre la duración de la fase de crecimiento vegetativo y a lo largo del verano, las plantas pueden llegar a ser enormes. Durante esta etapa conviene alimentarlas bien con un fertilizante de calidad y rico en nitrógeno.

Tus plantas ahora crecen en el lugar que cuidadosamente seleccionaste para ellas. Si te importa la discreción, procurarás el mínimo de visitas a ese sitio. Si se trata de un lugar seguro y al que puedes ir con regularidad, no dejes de fijarte en otras plantas que puedan invadir el espacio de las tuyas y elimínalas.

Si lo que quieres es cultivar únicamente plantas hembra de cannabis, tendrás que estar muy atento entre las semanas cinco y seis de la fase de crecimiento vegetativo, será entonces cuando empiecen a mostrar su sexo y habrá que actuar en consecuencia.

Determinar el sexo de tus plantas de marihuana

¿Por qué determinar el sexo de tus plantas?

Eliminar o no las plantas macho de tu cultivo depende de si quieres semillas o sinsemilla. La sinsemilla se obtiene de plantas hembra que no han sido polinizadas por machos y significa literalmente ‘sin semilla’. Estas plantas “vírgenes”, en lugar de poner su energía en la producción de semillas, utilizan todos sus recursos para producir THC, produciendo una hierba que no tiene semillas y es más potente.

Si quieres suministrar semillas para la cosecha del año que viene, no tienes que molestarte en quitar las plantas macho. La hierba con semillas también es buena para fumar.Pero si te pasa como a la gran mayoría, querrás eliminar esos molestos machos lo antes posible, y para ello, es necesario determinar el sexo de tus plantas.

Cómo determinar el sexo de tus plantas

Vale la pena mencionar que las plantas de cannabis suelen mostrar su sexo antes de la aparición de las plefores, de las que hablaremos más adelante. Las plantas macho tienden a ser más altas y alargadas que las hembras, que cuentan con un follaje menos denso. Además, suelen ser de un color más claro que las hembras y tienen menos nudos. Si tienes plantas con estas características, lo más probable es que se trate de plantas macho.

La aparición de preflores es un modo cien por cien fiable de determinar el sexo de tus plantas. Sexar está considerado como una de las partes más complejas de cultivar tu propia marihuana, y como tantas cosas, es menos complicado de lo que crees y a medida que ganes experiencia, te será más fácil.

Las preflores suelen aparecer entre la quinta y sexta semana y están localizadas entre el quinto y sexto nudo del tallo. Para verlas bien, utilizar una lupa sería perfecto. Las preflores hembras son pequeñas y les sobresalen unos delicados pelillos blancos. Los machos aparecen como pequeñas protuberancias en el nudo, que son los inicios del saco de polen masculino. Si quieres producir hierba sin semilla y has localizado plantas macho en tu cultivo, retíralas de inmediato.

Una vez determinado el sexo de nuestra planta tendremos que estar muy atento a los posibles problemas que puedan aparecer durante su crecimientos.

Si queremos cultivar marihuana en exterior  siguiendo todas las recomendaciones, llega el momento de vigilar. Hoy os explicamos como detectar algunas de las enfermedades más frecuentes de la marihuana.

Problemas frecuentes en el cultivo exterior

En cultivos de exterior, las plantas están expuestas a pesticidas y a problemas relacionados con esta forma de cultivo. Cada localidad tiene unos inconvenientes en concreto pero existen dos problemas principales que afectan a los growers en cualquier sitio.

Podredumbre de cogollos

Botrytis cinerea, también conocido como moho gris, es un hongo mortal de rápida propagación que, en cuestión de días, puede destruir todo un jardín de plantas de cannabis. La podredumbre de cogollos afecta normalmente a las plantas en su fase de floración cuando las “kolas” se ponen gruesas, mojadas y grandes. Un primer signo de este mal es ver que se empieza a pudrir una pequeña hoja que sale de la ”kola” hasta que muere. A continuación, en ese mismo lugar aparece un pequeño foco de moho localizado que rápidamente puede infectar toda la planta. Si la podredumbre de cogollos no se trata, todas tus flores se acaban convirtiendo en una especie de baba.

La prevención es la mejor manera de tratar la podredumbre de cogollos si vamos a cultivar marihuana en exterior. Intenta localizar un sitio bien ventilado y con buena circulación de aire para tu cultivo. Hay personas que rutinariamente rocían sus plantas con un fungicida orgánico, otros sin embargo, evitan este tipo de cosas. Fumar fungicida es muy peligroso y debe ser evitado a cualquier precio. Si eres de los que rocían, hazlo únicamente antes de que las flores hayan empezado a formarse.

Actúa inmediatamente si descubres podredumbre de cogollos en una de tus plantas. Retira con mucho cuidado la zona afectada con unas tijeras esterilizadas con un margen de, como mínimo, dos centímetros y medio de donde hay moho. En esta operación, sacudir la planta podría provocar la propagación de millones de esporas, así que hazlo con gran delicadeza.

En una bolsa de plástico, introduce todo lo que haya sido infestado y deshazte de ello. Ahora tendrás que comprobar cuidadosamente tus plantas a diario, en busca de algún signo de moho. Procura doblar las “kolas” para ver bajo el tallo, que es donde comienza la podredumbre del cogollo. Si detectases la más mínima señal de moho, elimina inmediatamente la zona afectada.

Merece la pena podar la planta ante el más mínimo signo para evitar que se propague la infestación, porque la podredumbre de cogollos suele afectar a la planta durante la última fase del periodo de floración. Ten esto en cuenta si, según tus planes, a tu cosecha le falta una semana aproximadamente.

Ácaros de araña o araña roja

Los ácaros de araña son el otro problema universal asociado con el cultivo de exterior. En la cara inferior de las hojas suelen vivir estos diminutos arácnidos que se alimentan de las células foliares. Son capaces de causar daños enormes y la infestación se puede descontrolar rápidamente.

Los primeros signos de infestación de araña roja son pequeños puntos marrones y amarillos, y hojas de aspecto quemado. Si sospechas, pon una hoja blanca de papel bajo la hoja y sacúdela con mucha suavidad, si ves pequeños puntitos moviéndose lentamente, tienes ácaros de araña.

Al principio no hay que preocuparse excesivamente porque la araña roja tiene muchos depredadores naturales. Sin embargo, tendrás que actuar si ves que el problema empieza a agravarse.

Con insecticidas, las infestaciones de araña roja en plantas de cannabis son bastante fáciles de controlar. Elije el que tú prefieras, aunque la mayoría de growers utilizan los orgánicos. También se pueden preparar un montón de recetas caseras muy útiles. Prueba a diluir detergente en agua (aproximadamente cinco cucharadas de detergente por cada 3’8 litros de agua). No olvides rociar bien las hojas, tanto las partes superiores como las inferiores.

Falta de nutrientes

Aunque los problemas relacionados con la falta de nutrientes son menos comunes en el cultivo de marihuana en exterior, vale la pena mencionarlos. Esta listado te ayudará a identificar y tratar los principales problemas de falta de nutrientes en tu cultivo de marihuana de exterior.

  • Falta de nitrógeno:  Los bordes de las hojas más viejas se tornan curvos y oscuros, con tonos morados. Es recomendable añadir un fertilizante rico en nitrógeno.
  • Falta de fósforo: Las hojas maduras desarrollan un tono amarillanto hacia zonas menos veniales . Añadir fósfato comercial.
  • Falta de magnesio: Las hojas maduras amarillean y les salen manchas, con los bordes en gris oscuro. Añadir fertilizante comercial con contenido en magnesio.
  • Falta de potasio: Tallos agrietados con tejidos de soporte pocos sanos. Añadir fertilizante rico en potasio.
  • Falta de boro: Hojas pequeñas arrugadas con fibras amarillentas  Añadir cualquier alimento para plantas que contenga boro.
  • Falta de zinc: Las hojas jóvenes empiezan a deformarse y posiblemente, a amarillear . Añadir cualquier alimento comercial para plantas que contenga zinc

Os hemos explicado como buscar una buena ubicación, como germinar y plantar y la forma de localizar y solucionar algunos problemas.

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