La guía que os vamos a presentar a partir de hoy, y en diferentes entregas, está destinada únicamente al cultivo legal de marihuana. Se mencionan una serie de medidas de seguridad con la intención de evitar el robo de cultivos.
El uso del cultivo de Guerrilla para cultivar marihuana en exterior se extiende por todo el mundo. Aunque supone mucho trabajo y se necesita tiempo para prepararlo y conseguir el mayor rendimiento, los resultados pueden ser excelentes. Además, te ahorras pagar los altos costes de un sistema hidropónico y de iluminación interior. Nuestros expertos han creado una exhaustiva Guía de Cultivo de Guerrilla aunando todos sus conocimientos sobre el tema.
Plan estratégico de cultivo de guerrilla
Lo primero que debes hacer, antes incluso de la temporada, es organizar un plan estratégico y preparar tu zona de cultivo en distintas fases y con suficiente antelación. Lo que te permitirá conocer mejor la zona en la que vas a cultivar, observar a las personas y animales que tienes a los alrededores y todo lo que pueda significar una amenaza para tu cultivo.
Dónde cultivar un cultivo de guerrilla
El lugar en el que decidas llevar a cabo el cultivo de Guerrilla será clave para determinar el éxito o el fracaso de tu cosecha. Deberás tener en cuenta muchos factores. Para empezar, la seguridad. No basta con alejarse unos cuantos metros en el bosque y empezar a hacer espacio. Es fundamental estar muy bien apartados de zonas de tránsito, lo que quiere decir que hay que buscar lugares a los que la gente no va nunca. Por razones obvias, la ubicación tiene que estar próxima a una fuente de agua. Lo ideal es que sea un sitio que no se pueda ver desde un camino, a menos que tengas claro lo que estás buscando. Tienes que tener total seguridad de que nadie va a acceder a la zona en la que quieres cultivar.
Caminar una hora extra adentrándote en el bosque para llegar hasta una zona remota, puede ser buena idea. Cuanto más lejos, mejor; aléjate todo lo que puedas, a lugares por los que a los ladrones ni se les ocurriría pasar. Como consejo, lleva contigo otro par de zapatos de suela más fina para andar los últimos 100 metros y así evitar al máximo cualquier rastro que puedas dejar en el camino. Lo importante es cambiar la suela con la que has pisado, ya sea descalzo o poniendo bolsas de plástico en tus zapatos.
Acciones muy recomendables en el cultivo de guerrilla
Asegúrate de que NO has aparcado en un lugar donde hay muchos coches y el tuyo pueda destacar o donde te vean entrar y salir del coche y lo puedan asociar con el senderismo. La gente se dará cuenta si te ven volver una y otra vez al mismo sitio con el mismo coche. Créeme que aunque pienses que conoces ese lugar como la palma de tu mano, habrá otros growers de guerrilla o auténticos senderistas que se darán cuenta de que tu coche está ahí a menudo y es posible que sientan curiosidad y empiecen a sospechar. Puedes alquilar para un día de vez en cuando, pedir coches prestados o incluso comprar uno muy barato para esa ocasión, venderlo y repetir la operación dos o tres veces más.
Hay un sinfín de razones por las que uno puede irse a lugares remotos en el campo, así que cuando vayas en busca de tu zona de cultivo no tienes por qué actuar como si no tuvieras que estar ahí. Desde hacer excursiones hasta observar pájaros o practicar la escalada (los escaladores suelen llevar mochilas muy grandes), cuando estés llevando tu material o simplemente inspeccionando la zona, puedes utilizar una de estas opciones como tapadera.
Mantente alejado de áreas donde haya signos de actividad humana ya sea basura, ramas rotas, huellas, tuberías o algún tipo de cableado.
Consejos de cultivo de guerrilla
Obstáculos
Puedes poner algún obstáculo natural en el camino para mayor seguridad. Si hay que trepar a través de ortigas, zarzas o atravesar pasos de agua complicados nadie se aventurará a buscar tu lugar. Tienes que adentrarte en lo más profundo del bosque, donde no veas más que animales.
Inhabitado
Unos buenos indicadores de dónde hay movimiento humano son los animales. A los ciervos, por ejemplo, no les gusta estar cerca de los humanos, así que si te topas con alguno o con cualquier otro animal salvaje en su hábitat natural, es posible que te estés aproximando al lugar adecuado para cultivar. También es conveniente que elijas una zona protegida del viento – las laderas poco protegidas pueden estar expuestas a vientos muy fuertes – algo de lo que hablaremos más adelante.
Probar si una zona está realmente inhabitada
Para asegurarte de que has encontrado un lugar verdaderamente aislado puedes hacer varias cosas: algunos colocan estratégicamente monedas en el suelo para ver si alguien las coge, otros dejan objetos útiles como gafas de sol o linternas baratas colgando de los árboles. Sabrás que hay gente alrededor si lo que dejaste ya no está en su sitio.
Otro método, que aunque más caro, es mejor y más útil, sería colocar una cámara digital encubierta. Así puedes ver exactamente quién pasa por allí y con qué frecuencia. Para hacer esto tienes muchas opciones: desde usar modelos baratos de cámaras digitales que puedes envolver con cinta de camuflaje (normalmente se utiliza para las armas) y también es resistente al agua, o puedes ir más en serio comprando una cámara secreta específica para este tipo de cosas, creada para tomar fotos ocultas. Tener batería de larga duración y la capacidad de tomar fotos cuando detecta movimiento – preferiblemente sin flash cuando haya poca luz – son las características principales con las que tiene que contar tu cámara. En eBay puedes encontrar todo este tipo de cosas.
Intrusión aérea
Si la intrusión aérea pudiese suponer un problema (pequeñas heli-cams manejadas por radio control, por ejemplo), cultivar en un bosque será la mejor opción, siempre procurando tener el máximo cuidado para no alterar de ninguna manera el medio ambiente. Desde el cielo es fácil observar la actividad humana y hay quien vigila a conciencia. Haz un plan como si se tratara de una operción militar, no puedes correr ningún riesgo. Consigue un mapa, si además marca rutas de senderismo, agua y elevaciones, mejor. Estúdialo minuciosamente, mira zonas de aparcamiento, cascadas…, e intenta averiguar qué caminos pueden tener más o menos tránsito y si cuentan con algún desvío. Mejor es buscar antes los lugares adecuados en un mapa que ir deambulando por el campo. Google maps te puede resultar útil.
Riesgo
Extender la zona de cultivo a otros tres lugares situados unos cerca de otros puede ayudarte a disminuir el riesgo. Si uno de tus cultivos es arrancado, es posible que aún te queden otros dos.
Tiempo y posicionamiento
Tendrás que buscar una localización orientada al sur si estás en el hemisferio norte y viceversa, preferiblemente, tan aislado como te sea posible. Sería perfecto un lugar orientado al sur con buen acceso a los cielos del Este y del Oeste.
Situarte donde haya una ligera pendiente para que corra el agua es buena opción. También deberás tener en cuenta que las plantas necesitan un mínimo de seis horas al día de exposición directa a la luz del sol (si es más, mejor), y que el sol cambia de posición en el transcurso del año, no lo olvides. Los growers más hábiles sitúan las plantas en el lado sur de los matorrales, así, si alguien encuentra la parcela, será menos visible.
Evita la costa
Cerca de la costa los suelos son muy salinos.
Cuidado con Personas y Animales
No decir dónde está tu terreno, una vez te hayas decidido, es lo mejor que puedes hacer. Si no lo dices nadie se sentirá tentado a robar lo que tanto trabajo te ha costado (rippers).
Además de las personas, los animales también pueden ser un problema para el cultivo. La marijuana gusta mucho a los ciervos.
Distribuye de forma natural
Procura hacer las cosas de la forma más natural posible, no coloques tus plantas en filas porque la naturaleza no crea filas rectas, esto es otro sabio consejo. Aunque es más trabajo, será mucho mejor si distribuyes las plantas alrededor de la zona, además, aumentarás las probabilidades de mantener más plantas intactas.
Protege bien
Una malla de alambre alrededor de la planta puede protegerla de ciervos y otros animales, pero ten cuidado porque el alambre reluce y puede ser visto con mayor facilidad. Y, aunque resulta desagradable, algunas personas llegan al punto de hacer un mejunje con caca de perro y untarlo por la malla. Piensa que las plantas que crecen en exterior pueden llegar a hacerse enormes y valer un montón de dinero. Son cosas que debes sopesar.
Conozco personas que han llegado incluso a proteger plantas de la variedad “cheese” con malla metálica y cemento, pero aún así, las ratas consiguen atravesarlo y llevarse por delante miles de cotiledones. Otros, sólo para asegurarse, llevan sus plantas a lo alto de los árboles con cuerdas.
Ten en cuenta otros animales como osos, serpientes, coyotes o pumas, puede ser muy peligroso que te acerques a ellos o a sus crías y les asustes, protégete.
Métodos de cultivo de guerrilla
Plantar semillas en lugar de cotiledones es probablemente el método más arriesgado. A menos que no vayas demasiado en serio, no es muy acertado ni lo más recomendable. Lo mejor es empezar con clones de unos 30 centímetros.
Procura plantar cuando creas que las heladas y las noches frías han llegado a su fin. En el hemisferio norte esto ocurrirá aproximadamente a mitad de marzo y primeros de abril. Obviamente, cuanto más al norte, más tardarás en empezar a plantar. Como hemos dicho antes, es mucho mejor empezar en interior que plantar directamente la semilla en el suelo.
Si es posible, intenta que la planta llegue a medir unos 30 centímetros antes de llevarla al campo. Es mucho más seguro y evitarás que los pájaros u otros animales se la coman en las primeras fases de crecimiento. Puedes empezar a plantar bajo un foco de luz a principios de año durante unos meses y tenerla lista para plantar en exterior. No obstante, es muy importante que introduzcas las plantas en su nuevo entorno poco a poco. No pases del interior a exponerlas directamente a la luz del sol porque podrías quemarlas. El cambio debe ser gradual. Prueba a empezar este proceso sacando tus plantas al jardín, cada día 2 o 3 horas más. Lo matorrales pueden ser de utilidad o también puedes ayudarte con algo que les de sombra para rebajar la luz al principio.
Si lo prefieres, y dependiendo del clima, puedes empezar a plantar en macetas en exterior.
Cuando se planta una maceta “Root Pouch” en suelo fértil, esta acaba pudriéndose – y si los has utilizado otras veces sabrás que es normal ver raíces asomando a través de ellos. Este tipo de recipientes te ahorran tener que volver a plantar en macetas, ahorrándole también el impacto a la planta y molestias a ti.
Haz unos agujeros en el fondo y a los lados del “Root Pouch” para que las raíces puedan salir fácilmente y planta directamente en la tierra previamente preparada. No olvides que estos sacos se pueden ver y quizá tengas que camuflarlos. Otra cosa que puedes hacer es cortarlos, es muchísimo más fácil que utilizar macetas de plástico.
Por otro lado están los semilleros; también utilizados por growers de Guerrilla, ofrecen un montón de ventajas y son biodegradables. Se integran perfectamente, ya que están hechos de papel reciclado y parecen de tierra. Son ligeros, retienen el exceso de agua evitando así que la planta se ahogue, y por el contrario, si las plantas necesitan más agua porque la tierra se ha secado, el semillero la proporciona.
Cuando tengas localizada tu zona de cultivo , tendrás que cavar un buen agujero para cada una de las plantas. Obtendrás mayor producción cuanto más grande sea el agujero y cuanto mejor sea la tierra. Alrededor de un metro cúbico por planta está bien. Las puedes acercar un poco más si vas a plantar varias juntas.
Es una tarea bastante complicada así que si no te vas a comprometer con ello realmente, mejor será que ni te molestes en empezar a cultivar al estilo Guerrilla.
Aquí empieza lo duro. Lo primero que necesitas es una pala, procura conseguir una plegable. También te será muy útil tener un pico para ayudar a abrir el suelo al principio.
Acaba con cualquier cosa que pueda molestar a tus plantas, grandes raíces o similar.
Consejos imprescindibles si no quieres tener sorpresas desagradables con tu cultivo
La tierra pesa mucho los fertilizantes no tanto
Si quieres cultivar la mejor marihuana de guerrilla vas a necesitar una tierra enriquecida con varios aditivos, una tierra excelente. Olvídate de la tierra barata o la del terreno, a no ser que se vea bien oscura, rica y arcillosa. Consigue la mejor tierra que te puedas permitir, y a ser posible, que contenga vermiculita, perlita y musgo de turba. Efectivamente, la tierra pesa mucho si la tienes que cargar en sacos que pesan alrededor de 34 kgs.
Serás muy afortunado si estás en una zona con buena tierra fértil y puedes utilizar un 50% de tierra natural y otro 50% de tierra comprada. Gracias a Internet contamos con una maravillosa calculadora de tierra (enlace), así que calculamos que puedes necesitar unos 82 centímetros de suelo (algunos cálculos salen a 90 cms) para un agujero de unos 76 centímetros cúbicos. Para llenar un agujero de estas dimensiones necesitas aproximadamente 27 sacos normales de tierra.
Un buen agujero para una buena planta! Puedes utilizar sacos más pequeños pero te costará como tres caminatas más por planta. En cuanto a fertilizantes naturales, existen muchas opciones: compost, guano, estiércol de pollo, sangre y hueso, humus de lombriz…, a la tierra todas estas cosas le van muy bien y le aportan nitrógeno y nutrientes esenciales muy necesarios.
Si vas a utilizar abonos, y para evitar quemar las plantas, lo mejor será que antes los mezcles con la tierra. Pon una proporción de 1:4 con fertilizantes naturales. Si en la fase vegetativa vas a añadir fertilizantes pon Nitrógeno, Fósforo y Potasio en una proporción de 10 – 5 – 5. Si prefieres no utilizar excremento de pollo más natural, hay mezclas estupendas a la venta. Para ayudar a estabilizar el pH y contrarrestar cualquier acidez del suelo puedes utilizar la Cal Dolomita.
Ahora se están poniendo de moda los retenedores de agua de cristales polímeros y la verdad es que, mezclados con la tierra, pueden ayudarte a reducir significativamente la cantidad de riego que necesitan tus plantas (geniales para cultivos en zonas más secas) y procura usarlos con moderación. Lo mejor es humedecerlos antes de mezclarlos con la tierra por primera vez para que tengas claro con qué estás tratando.
También se puede mejorar las condiciones de la tierra con Vermiculita, que absorve el agua y los nutrientes. Podemos ayudar a la tierra a mantener la humedad por más tiempo cubriéndola con un manto de hojas, así como añadir Perlita para mejor drenaje y aireación. Aunque es muy poco frecuente, hay alguna posibilidad de encontrar buena tierra en la naturaleza y utilizarla. Donde crece la hierba suele haber buena tierra porque esta recicla el pozo de la capa superior del suelo. Puede que encuentres buena tierra por el camino o en tu misma zona, esto te ahorraría muchas molestias de desplazamiento.
Qué variedades de semilla utilizar en un cultivo de guerilla
Existen variedades en California y otras partes de los Estados Unidos y España que han estado creciendo de forma local durante muchísimos años. Sería ideal poder hacerte con una de estas variedades pero quizá complicado si no conoces a las personas adecuadas.
Las variedades Guerilla’s Gusto, los cruces con Afghani, Mazary Skunk crecen bien en exterior. Northern Lights también crece bien y es bastante sufrida y vale la pena que eches un vistazo a las variedades African Landrace. Si tienes suficiente sol, los cruces con Haze también se hacen muy grandes. Nosotros recomendamos comprar en uno de los grandes bancos de semillas en Reino Unido u Holanda. Pagas por buena calidad y no tiene sentido hacer tanto trabajo para luego utilizar una “porquería” de variedad.
Las variedades más tardías favorecen la posibilidad de que haya humedad, por eso es mejor optar por cepas que terminan en septiembre.Ten en cuenta todo lo grande que puede llegar a ser la planta, si resulta un problema para ti, dobla las ramas hacia abajo para que crezca hacia los lados o ata la planta (lo que mejorará la producción).
Recomendaciones para que vuestra producción cumpla con vuestras expectativas!
Cuida de tus plantas
Siempre que vayas a regar tus plantas asegúrate de revisarlas una por una, y si ves que alguna se ha estropeado intenta arreglarla, para ello puedes utilizar cinta aislante.
En caso de que haya llovido, procura sacudir un poco tus cogollos para evitar la humedad y la posibilidad de que salga moho.
Insectos
En lo referente a insectos, no se puede hacer gran cosa. Plantar más de lo que quieres es tu mejor defensa, y aceptar que, en el proceso de cultivo perderás una o dos plantas por culpa de algún animal o insecto.
Utilizando anti-babosas se puede acabar con los caracoles (ten cuidado con el color, puede ser traicionero)
Existen venenos para repeler ácaros y similares pero en la naturaleza no te resultarán demasiado efectivos.
El riego
En función de la zona de cultivo y del clima, tendrás que regar las plantas una vez en intervalos de cuatro a siete días. Piensa y ten muy en cuenta de dónde vas a sacar el agua para regar tus plantas y cómo vas a desplazarla.
Algunas personas lo hacen de un modo muy novedoso utilizando un contenedor de agua, placa solar, batería y bomba. No obstante, recuerda que las placas solares se ven fácilmente desde lejos. Algunas personas encuentran útil este mecanismo solar, pero siempre puedes recurrir a eBay.
Para el riego solar necesitarás lo siguiente:
- Una batería de coche de doce voltios o una batería de moto, son más pequeñas y producen menos electricidad.
- Las placas solares se usan para hacer funcionar pequeñas bombas y para cargar las baterías.
- Una buena bomba sumergible, una con un buen filtro que evite que se obstruya enseguida.
- Un temporizador de nueve voltios barato.
- Tubería y goteros. La batería principal se carga con las placas solares mientras que el temporizador se encarga de poner la bomba en marcha durante una o dos horas al día. Mejor si se hace bien temprano por la mañana cuando hay menos evaporación y no se escuchan ruidos. Puedes bombear el agua directamente sobre tus plantas o utilizar un depósito que las vaya regando por goteo.
Una planta de marihuana de 2’74 metros de alto vegetando completamente necesita unos 3.79 litros de agua de dos a tres veces por semana. Por cada litro, el agua pesa un kilogramo.
No estaría mal si tuvieses la posibilidad de hacer brevemente una presa en tu arroyo más cercano e inundar la zona de cultivo. La fase de floración de las plantas grandes requiere muchísima agua y proporcionársela no es fácil.
No tendrás que preocuparte por regar si en tu zona llueve unos 25 litros por m2 a la semana, pero aún así, de vez en cuando revisa tus plantas para comprobar que están bien.
Si vas a tener que desplazar agua hazte a la idea de que te llevará mucho tiempo y va a ser un duro trabajo, deberás tomártelo en serio y comprometerte con ello.
Floración
¡Genial! Ya estamos a mitad de julio y tus plantas están empezando a florecer. Durante el mes siguiente más o menos todas y cada una de ellas habrán empezado a florecer. Si plantaste desde la semilla, que no se recomienda, revisa inmediatamente tus plantas y localiza a los machos para arrancarlos inmediatamente. Mantén los ojos bien abiertos incluso si has utilizado semillas feminizadas porque como en tantas otras cosas, tienen un índice de eficacia del 99%. Lo mejor es plantar de clones, así te aseguras de obtener todo hembras.
Será hora de cosechar cuando hayan crecido lo suficiente y hayan cogollado bien.
Esperamos que os haya parecido interesante.